Los iconos ortodoxos de Bulgaria
Una parte muy importante de la herencia cultural búlgara reunida en la Edad Media son los iconos. Es realmente una riqueza diversa e impresionante y muchas de sus obras pertenecen legítimamente al tesoro del arte clásico mundial. Las raíces de la iconografía búlgara nos transportan al tiempo en que Bulgaria adopta el cristianismo, en el año 865 durante el reinado del príncipe Boris Mijail. Después de la adhesión a la Iglesia bizantina, Bulgaria empieza a representar un papel significativo en el desarrollo y la expansión de este tipo de arte medieval. Las capitales búlgaras Pliska y sobre todo Preslav son los primeros lugares donde se construyen iglesias y monasterios después del año 865. Los maestros búlgaros construyeron iglesias por todo el país en los siglos IX y X. Todas ellas fueron decoradas con iconos y frescos. Los iconos búlgaros más antiguos descubiertos hasta ahora son los iconos sobre cerámica de Preslav. La segunda capital búlgara fue un centro representativo de las artes en este periodo. Muchos famosos maestros en Bellas Artes trabajaron allí y desarrollaron diferentes técnicas iconográficas. Todas sus obras descubren el arte tradicional búlgaro medieval.
La mayor parte de la herencia búlgara iconográfica data de la época del Segundo Reino búlgaro. En aquel entonces la capital fue la ciudad de Veliko Tarnovo que era un centro económico, político y cultural. Este fue el lugar donde los maestros búlgaros crearon unas de sus obras más significativas; el icono díptico de Jesús Pantokrator y la virgen Eleusa, y el díptico del monasterio de Potanovo son una pequeña parte de ellas. Las muestras conservadas del s. XII y XIV poseen un alto valor pictórico y estético y comprueban la contribución de nuestra icnografía al tesoro del arte mundial clásico. La invasión otomana fue un obstáculo que hizo muy lento el desarrollo de la cultura y arte búlgaros. A pesar de eso, la tradición en la iconografía continúa existiendo de una forma semioficial y extraordinaria. Algunas de las obras de mayor calidad del s. XV – XVI son Jesús Pantocrátor del monasterio de Kremikovtsi y Abraham divierte a los ángeles del maestro Nedialko de la ciudad de Lovech. Muestras como estas dejan claro que el espíritu nacional y las tradiciones profundamente arraigadas no dejaron de existir en tiempos de esclavitud.