Costumbres tradicionales de Bulgaria
Bulgaria se forma como Estado en el año 681 y, hasta nuestros días, es uno de los pocos países de Europa que conservan su antiguo nombre y tradiciones seculares. Precisamente estos son los que conservan el espíritu de un pueblo. Las tradiciones conservan a través de los siglos la artesanía, fe y folklore populares. Un pueblo sin tradiciones es como un ser humano sin alma. Nuestro país estuvo sometido a muchos otros pueblos pero gracias a sus tradiciones conservió su identidad. Esta es culturalmente irrepetible porque combina en sí misma las tradiciones cristianas y paganas, mezclándolas en un completo sistema de creencias, tradiciones y fiestas. Todos los períodos más significativos de la vida humana están representados en las tradiciones búlgaras…
Y así, empezamos desde el mismo principio, el principio de una vida…
Tradiciones del parto
Normalmente la mujer embarazada realizaba todos los trabajos de la casa y del campo, siempre que podía. Pero frecuentemente tenía bastantes limitaciones que no pueden explicarse racionalmente. La mujer embarazada no debía matar serpientes, ni comer carne de conejo, ni dar patadas a un gato o perro, ni contemplar iconos. El momento del parto se guardaba en secreto. La embarazada se aislaba en un sótano o cuadra y nadie se preocupaba de ella desde el punto de vista de la comodidad o la higiena. Solo se le prestaba atención si el parto era difícil: a la parturienta se le daba de beber el agua con la que su marido se había lavado las manos. Los primeros días la parturienta y su hijo estaban absolutamente aislados desde la puesta de sol, las puertas y las ventanas se cerraban bien para no dejar que la luz se escapase. Todas las medidas preventivas se aplicaban durante 40 días después del parto. El día 40 es purificador: la parturienta, junto con la abuela y el niño iban a una misa purificadora. El bautizo era una de las fiestas familiares más significativas y se celebraba diez días después del parto.
Tradiciones nupciales
El compromiso y la boda son dos etapas fundamentales de las tradiciones nupciales.
Casi en todas partes había un pequeño y un gran compromiso. En las dos citas se negociaban detalladamente las pretensiones materiales de las dos partes y se intercambiaban regalos. Todos los compromisos eran conocidos por todo el mundo, acompañados por música y comida, participaban amigos y familiares. La boda empieza mucho antes de la recogida de la novia. Las figuras principales además de los recién casados son los cuñados y los padrinos. La fiesta se abre invitando a los asistentes a un vaso de vino (servido en unos recipientes de madera especiales llamados beklitsa). La preparación y la puesta del velo de la novia eran los últimos cuidados antes de la salida de la casa natal. Era necesario que llevase su vestido más nuevo y que se adornase con muchas joyas. La llegada a la casa del novio está relacionada con varias tradiciones: la consumación del matrimonio se realizaba por la noche en una habitación determinada. Era normal escuchar a hurtadillas el acto y prever el sexo del futuro hijo según lo escuchado. El final del acto sexual se anunciaba con disparos al aire, se enseñaba el camisón nupcial y se bebía aguardiente. El velo y la corona de flores se quitaban el lunes por la mañana temprano.
Tradiciones fúnebres
La creencia en las maldiciones relacionadas con la muerte era muy fuerte. El pueblo estaba convencido de que el destino del ser humano se definía al momento de nacer, pero que no se sabía cuándo iba a llegar el final de su vida. Se solían abrir las ventanas o la puerta, colocar los platos bocabajo, tapar los espejos y los retratos. El cuerpo se lavaba entero, en el agua se ponía albahaca para darle buen olor. Se prestaba extrema atención a que los ojos no quedaran abiertos, si no, se consideraba que pronto se iba a morir otro. Al muerto le vestían con ropa limpia, normalmente nueva, y lo tapaban con una especie de protector, una tela blanca. Se creía que el difunto aparecía así delante de Dios. Era normal también colocar dinero en uno de sus bolsillos, para rescatarlo del otro mundo. La muerte de alguien se anunciaba con campanadas lentas desde la iglesia. Sus amigos lloran al muerto en voz alta. Al salir de los cementerios o llegando a casa los familiares se lavaban las manos para limpiar lo malo de sí mismos. A los 40 días se preparaba una mesa con comida en la tumba. El luto se reflejaba en la forma de vestir y el comportamiento de los familiares. Las mujeres llevaban ropa negra, pañuelos negros, sin joyas.
Baile sobre brasas: Nestinarstvo
Todas las actividades desde la preparación de la fiesta hasta el paseo ritual por la aldea con los iconos de Constantino y Elena junto al ritmo del tambor de los nestinari, se hacían con el fin de ahuyentar las enfermedades, traer más salud y fertilidad a la población y para limpiar los pecados.
El Nestinarstvo era conocido solamente en las partes más orientales de Tracia. Antes de las Guerras Balcánicas se practicaba en la mayoría de los pueblos de la sierra Strandzha.
Actualmente la tradición se conserva en el pueblo Balgari, la región de Michurin, y en el pueblo Novo Panicharevo, en la zona de Burgas.
Lo característico de los nestinari es bailar pisando brasas. El día de la fiesta, al amanecer, el cura celebra una misa. Al anochecer se enciende fuego con leña ya preparada. Al producirse las brasas, las mujeres nestinari tiemblan, entran en trance y las van pisando una tras otra, con una música particular de fondo. La que pisa primera coge el icono y baila con él. Las mujeres nestinari no bailan más de dos minutos. A veces, mientras bailan en el fuego, ellas prevén lo que va a suceder en el pueblo o lo que le va a pasar a alguien si no venera a San Constantino. El baile a menudo continúa también la noche siguiente.
Kukeri
En Bulgaria en las fiestas de Fin de año y Miércoles de Ceniza se hacen rituales específicos llamados juegos de Kukeri. Juegan solamente los hombres que se ponen máscaras especiales, previamente preparadas por cada uno de los participantes. La mayoría de las máscaras son de madera. Las máscaras se adornan con hilos y trozos de tela de diferentes colores, con espejos, con paieti que brillan, etc. Se consideran más antiguas las máscaras que representan carneros, cabrones y toros. La impresión que dan los kukeri se hace más fuerte con el ruido de los cencerros de cobre y de bronce que llevan colgados. Los colores de la decoración tienen también gran importancia en la simbología de las máscaras. También aquí predomina el color rojo, símbolo de la fertilidad de la naturaleza cambiante, del sol y el fuego; el color negro representa la tierra y su diosa madre; y el blanco es el símbolo del agua y de la luz. Las representaciones de los kukeri buscan ahuyentar para siempre los malos espíritus y las brujas a través de danzas mágicas especiales y máscaras horribles, para conseguir una buena cosecha al año siguiente.
Lázarki
El lazaruvane es una tradición poética femenina que tiene lugar en la primera mitad de la primavera. Según la antigua tradición, para bendecir el trabajo, salen las mujeres ataviadas con prendas típicas de colores. El lazaruvane es una tradición popular que viene de la antigüedad.
En este día las doncellas se engalanan. Salen a la plaza y a los patios de las casas para que las vea la comunidad, enseñando así que ya están preparadas de recibir a sus pretendientes. El mismo día salen también los padres de los mozos para ver cuál de las doncellas le conviene mejor a su hijo. Además, el grupo de mujeres lazarki va por todas las casas para llevar allí salud. Por el camino las lazarki cantan del labrador, del pastor, de la primavera recién comenzada, de la salud de cada hogar, para que se multiplique el número de las abejas y los corderos, según dice la canción. Cantan sus canciones rituales y bailan. Estas danzas y cantos son, en efecto, una forma de celebrar la fiesta de la juventud, del niño pequeño, que trae vida nueva.